Empieza hoy un camino de 10 días
Este es un curso breve, directo y transformador, creado para quienes sienten que han estado demasiado tiempo apagados, contenidos o lejos de sí mismos.
Durante estos días iremos despertando la energía retenida, reconectando con el cuerpo, con la voz, con la presencia… con el gozo de ser uno mismo. Eso sí, paso a paso, día a día.
Comenzamos este primer día con el primer gran paso que has de dar, y que no puede ser otro que
el pacto contigo mismo.
Hoy, nuestro primer día, no se trata de hacer mucho. Se trata de hacer algo que marque un antes y un después: algo que sientas verdadero
Durante años, quizás décadas, hemos aprendido a contenernos, a encajar, a silenciar partes de nosotros que no eran bienvenidas. Según tu patrón psicológico es posible que hayas reaccionado de modo distinto ante la misma situación: levantando la voz, siendo moderadamente (o no) agresivo, oponiéndote a seguir el patrón inducido… Aunque, generalmente solemos adoptar en nuestros primeros años una actitud más dócil y crédula. Más adelante la perpetuamos para sobrevivir, para no desentonar, para que nos quisieran… Pero ya no hace falta seguir ahí, si quieres… Hoy empieza un nuevo camino, y con él, una nueva postura ante ti mismo.
El primer gesto: escribirle a quien fuiste
Toma papel y boli. No uses el ordenador.
Escríbele una carta personal a ese yo que aprendió a reprimir, que se apagó para poder encajar.
Dile que ahora tú estás aquí, que le agradeces por haberte protegido durante tantos años…
y que ya puede descansar.
Hazlo con respeto, pero también con decisión. Y ante todo: con radical honestidad.
Hoy tomas tú el timón.
Ritual de decisión
Ponte de pie.
Mantén la espalda recta y los pies firmes en el suelo.
Pronuncia en voz alta y con fuerza (aunque sea en voz baja) estas palabras:
«Me abro a mostrarme, me permito brillar, recibo los dones que me corresponden por ley universal.»
No importa si lo que manifiestas no lo crees del todo aún. Lo importante es empezar a decirlo. El resto vendrá. Al final, si eres persistente, lo manifestarás en tu propia vida y así lo sentirás.
Camina. Respira. Estás vivo
Sal a caminar durante al menos 30 minutos. Sin música y sin móvil (extremadamente importante).
Solo tú, tu respiración y el mundo.
Siente tus pies sobre la tierra, el aire entrando en tu cuerpo. Ábrete a percibir los pequeños matices de los que ordinariamente ni siquiera te das cuenta. Es la forma más sencilla de decirle a tu cuerpo:
«Estamos vivos y en movimiento».
Hoy no necesitas hacer nada más. Solo necesitas decir «sí» a ti mismo. A pesar de su aparente sencillez, este paso es el más importante… Mañana será otro paso.
Que tengas un buen día.