El VIAJE DE RIDDHI

La magia de Gregory Colbert

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Gregory Colbert es un fotógrafo canadiense que está llevando actualmente por el mundo su último proyecto: “ashes and snow”. Bajo un tono sepia, hermosas imágenes muestran la belleza de animales salvajes en contacto con humanos, produciendo un feeling casi onírico. El resultado: una experiencia mágica que no dejará a nadie indiferente.

A pesar de las apariencias, ninguna de las imágenes que componen esta colección ha recibido retoque digital… La desventaja de este proceso artesanal es que ha tardado casi diez años en conseguir finalizar este proyecto; la ventaja, el resultado… la autenticidad: la magia que se respira en la unión de lo humano con lo salvaje, de lo místico –representado en la inocencia de niños, mujeres, hombres y ancianos, y su serena apariencia- con el lado más instintivo que tenemos, como cualquier otra especie.

Cenizas y nieve… agua y polvo… Motas de eternidad.

Hace poco, recibí de Bet una hermosa presentación en powerpoint que conjuntaba imágenes de Gregory Colbert (todas, de su proyecto “ashes and snow”), con un hermoso texto del artista Oswaldo Antonio Begiato –“Oración a mí mismo”– y el tema musical “Coeurs dór” de R Clayderman.

Adjunto, el texto íntegro de Oswaldo Antonio Begiato

“ORACION A MI MISMO”

Que yo me permita
Mirar, escuchar y soñar más.
Hablar menos.
Llorar menos.

Ver en los ojos de quienes me miran,
La admiración que me tienen…
Y no la envidia que prepotentemente
Pienso que sienten.

Escuchar con mis oídos atentos
Y mi boca estática,
Las palabras que se hacen gestos
Y los gestos que se hacen palabras.

Permitir siempre escuchar aquello
Que yo no tengo permitido escuchar.

Saber realizar los sueños
Que nacen en mí y por mí,
Y conmigo mueren,
Por yo no saber que son sueños.

Entonces,
Que yo pueda vivir
Los sueños posibles
Y los imposibles;
Aquellos que mueren y resucitan
A cada nuevo fruto,
A cada nueva flor,
A cada nuevo calor,
A cada nuevo rocío,
A cada nuevo día.

Que yo pueda soñar el aire,
Soñar el mar,
Soñar el amar.

Que yo me permita el silencio de las formas,
De los movimientos,
De lo imposible,
De la inmensidad de toda profundidad.

Que yo pueda sustituir mis palabras,
Por el toque,
Por el sentir,
Por el comprender,
Por el secreto de las cosas más raras.

Por la oración mental
(aquella que el alma cría
y que solo ella escucha,
y sólo ella responde).

Que yo sepa dimensionar el calor,
Experimentar la forma,
Vislumbrar las curvas,
Diseñar las rectas
Y aprender el sabor de la exhuberancia
que se muestra en las pequeñas manifestaciones de la vida.

Que yo sepa reproducir en el alma,
La imagen que entra por mis ojos,
Haciéndome parte suprema de la naturaleza,
Creándome y recreándome a cada instante.

Que yo pueda llorar menos de tristeza
Y más de alegrías.

Que mi llanto no sea en vano.
Que en vano no sean mis dudas.

Que yo sepa perder mis caminos,
Pero que sepa recuperar mis destinos con dignidad.

Que yo no tenga miedo de nada,
Principalmente de mi mismo:
-¡Que yo no tenga miedo de mis miedos!

Que me quede dormido
Cada vez que vaya a derramar lágrimas inútiles,
Y despierte con el corazón lleno de esperanzas.

Que yo haga de mi, un hombre sereno
Dentro de mi propia turbulencia

Sabio dentro de mis límites
Pequeños e inexactos,
Humilde delante de mis grandezas
Gafas e ingenuas
(Que yo me de cuenta cuan pequeña son mis grandezas,
y cuán valiosa es mi pequeñez).

Que yo me permita ser madre,
Ser padre, y si fuere necesario,
Ser huérfano.

Permítame yo enseñar lo poco que sé
Y aprender lo mucho que no sé.

Traducir lo que los maestros enseñaron
Y comprender la alegría con que los simples
Traducen sus experiencias;

Respetar incondicionalmente el ser;
El ser por sí solo, por más nada
Que pueda tener más allá de su esencia.

Auxiliar la soledad de quien llegó,
Rendirme al motivo de quien partió
Y aceptar la alegría de quien se quedó.

Que yo pueda amar y ser amado.
Que yo pueda amar aún sin ser amado.

Hacer gentilezas cuando recibo cariños;
Hacer cariños aunque no reciba gentilezas.

Que yo jamás quede solo,
Aún cuando yo me quiera
Solo.

AMÉN

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5 Comentarios, RSS

  1. Juan!! Bellísimo todo…
    El arte, cuando es verdadero, cuando su fuente inspiradora es la naturaleza y lo supremo, se convierte en un objeto de contemplación y meditación… así como estas imágenes, tan mágicamente captadas y logradas.
    Mostrar que la sintonía cósmica, el hombre siendo parte de la naturaleza y no dándole la espalda, son el camino.
    Esa belleza de la armonía que trasunta más allá de la estética. Armonía que se vive a través de las imágenes, más allá de las palabras Cuantas veces «lo literal» es lo que nos limita y aleja. Muchas veces me lo he planteado.
    En cuanto a la Oración de Begiato, una gran enseñanza y meta en la vida…algo que nos debemos y merecemos. Indudable las influencias de San Francisco en este poeta brasileño.
    Me quedo con las ganas de la película «Ashes and Snow» y de la instalación. Me imagino que si la obra transmite tanto, simplemente viéndola «on line», que experiencia reveladora sería acceder a sus otras instancias.
    Gracias Juan por todo el trabajo que te has tomado para ofrecernos este post. Bellísima experiencia!!
    Saludos desde mis mares: BeT

  2. Hola Bet,

    La capacidad de asombrarnos, de hacernos vibrar, de conmovernos en lo interior, de sentir lo inefable; eso son quizás algunos aspectos de las creaciones que pueden ser consideradas arte. En el caso de Gregory Colbert se une la dedicación, la entrega a su trabajo, su integridad (renuncia a las “facilidades” de las últimas tecnologías; y en lo personal, del uso del movil…y hasta del reloj 😉 Curioso personaje que identifica su originalidad personal con la belleza de su obra.

    Tengo la impresión de que la película de “ashes and snow” dejará un sabor de boca similar al de baraka, en sus aspectos más “místicos”. A ver si con suerte pasa por las Canarias…

    Un saludo y mi agradecimiento por tu gentil comentario,

    Juan

  3. Gracias Juan, por la visita a mandala7 y por tus comentarios. soy análogo con tus opiniones, pienso que el mensaje es perenne, no podemos cansarnos de insistir en las trincheras del Ser, la evolución del Hombre se va en ello.
    he visitado tu blog y visto el «post» de las fotos de Gregory Colbert son en verdad hermosas e inspiradoras. te felicito por el nutrido despliegue visual y de contenido del http://elviajederiddhi.wordpress.com/.
    Namaste.
    Gorka

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