El VIAJE DE RIDDHI

Tributo a Wonderland, de Yeondoo Jung

Durante cuatro meses, el reconocido artista coreano Yeondoo Jung supervisó clases de arte en cuatro jardines de infancia en Seúl y recogió 1.200 dibujos realizados por niños entre cinco y siete años.

«Wonderland» convierte estos dibujos en realidad fotográfica sin recurrir a efectos gráficos generados por ordenador.

Esta presentación es un pequeño tributo a su imaginación y su trabajo.

[Para apreciar mejor su contenido, recomiendo la página de slideshare. Pulsa luego la opción «full» -en el margen inferior derecho- y podrás verlo así a pantalla completa.]

Que lo disfrutes como un niño 🙂

Categorías: Arte, Belleza, Curiosidad, El poder del Corazón Puro, En la red, Fotografia, Gratis, Humanidad, Internet, Música, Paz, Vida

6 Comentarios, RSS

  1. Hola Concha,

    A mí también me pareció original cuando lo conocí. La capacidad imaginativa de los niños, libre del filtro de la razón, y la capacidad técnica y artística de su autor, para conseguir plasmarla en estas imágenes.

    Un abrazo y gracias por el comentario,

    Juan

  2. «Ver» a través de los ojos de un niño, como ellos interpretan el mundo y las cosas que los rodea. Es sorprendente lo que podemos descubrir de nosotros mismos y del mundo a partir de lo que ellos observan. Volver a ser niños y mirar con los ojos de la inocencia, de lo «no aprendido». Recrear ese mundo… volver a encontrarnos con nuestro niño interior.
    Gracias Juan… bella presentación y muy significativa, tanto la música como las imágenes.
    Abrazos 🙂
    BeT

  3. No dar nada por sentado, no tener una personalidad que defender y afianzar ante los demás… Poder así «ver», como dices, con la inocencia de un niño y permitirnos la capacidad de sorprendernos.

    Esa capacidad, unida a la sana madurez que da la experiencia, creo que constituyen dos de los principales ingredientes del arte del disfrute de la vida.

    Gracias por tu comentario y tu presencia.

    Abrazos,

    Juan

  4. Qué bonito ver el dibujo de un niño. ¡No hay juicio!, sólo autenticidad sin distorsión.
    Gracias niño por traer estas cositas a tu web, afines a «El poder del corazón puro». Los telediarios podían tener un espacio fijo para difundir esta otra realidad ¡que también existe!

    Un abrazo,
    José

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