El VIAJE DE RIDDHI

El círculo del corazón

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El corazón es el músculo más importante del cuerpo humano. Es capaz de latir más de cien mil veces cada día, pero su función principal parece que va más allá de ser una excepcional bomba biológica. El corazón posee una red neuronal central propia. Se le denomina el pequeño cerebro del corazón y es motivo de controversia, dado que las funciones que regula siguen siendo hoy en día un misterio.

En la antigüedad, el órgano individual más importante del cuerpo humano era el corazón. Según la especialista Fay Alberti, de la Facultad de Historia de la Universidad de Lancaster: “en el mundo antiguo, especialmente entre los griegos, el corazón era el centro de la inteligencia y de la vida. Para Aristóteles era el centro del ser humano. Los griegos pensaban que todas las ideas y procesos cognitivos tenían lugar en el corazón. Y el corazón tenía también una relación muy especial con el “alma”. El corazón y el alma entablaban juntos la misma relación que mantenemos hoy en día con nuestra mente; eran “nosotros mismos”. Sin embargo, en el siglo XIX, con el surgimiento de nuevas disciplinas médicas, el cuerpo se divide y fragmenta. El corazón se convierte en el órgano central de la cardiología; y el cerebro, en psicología y psiquiatría, en el órgano más importante desde el punto de vista de las emociones.

Para Rolin McCraty, Director de Investigación del Instituto Heartmath, “la mayoría de las grandes religiones del mundo ven al corazón como la puerta a la sabiduría más profunda. Es algo que aún podemos ver en nuestro lenguaje actual. Es por lo que la gente dice: “pon tu corazón”, “busca la respuesta en tu corazón”, “toca con el corazón”… Es como si el corazón estuviera conectado o tuviera acceso a un campo de información independiente del tiempo y el espacio. Y ésta es sólo una manera sofisticada de decir lo que los poetas y filósofos han dicho desde el comienzo de la historia”… “El corazón es la pieza clave del sistema emocional. En otras palabras: si tenemos problemas de corazón, esto afecta a nuestra capacidad para sentir. Aprender a acceder a la inteligencia del corazón es el próximo paso evolutivo para entender al Planeta como un todo”.

Gary Schwartz, profesor de psicología , neurología y psiquiatría, da un paso más allá al afirmar que “el corazón es un órgano “sicosocioespiritual”. Está convencido de que el corazón posee una inteligencia independiente y capacidades paranormales. Señala como ejemplo los efectos que experimentan algunas personas a las que les han trasplantado un corazón, adoptando el donado la personalidad del donante, que nunca conoció… Casos, como afirma, esporádicos, aunque sigan sucediendo.

Ha elaborado una teoría sobre las células humanas y la memoria -que denomina “retroalimentación recurrente”-, en la que afirma que en el flujo constante que mantiene el cerebro con el corazón, éste acaba adquiriendo información ubicada inicialmente en el cerebro (lo que explicaría los casos de trastornos de personalidad del donado respecto a la personalidad del donante). Esta teoría aún es una idea, si bien Gary Schwartz se apoya en un extraordinario hecho biológico de nuestro organismo: “existe el gran cerebro, que está en el cráneo, y luego hay un cerebro más pequeño pero que sigue siendo sofisticado, situado en el corazón y que procesa toda clase de información, tal y como sucede con el gran cerebro”. Se refiere al “ganglio intrínseco cardiaco”.

En 1991 se le denominó por primera vez el “pequeño cerebro del corazón”. Es un nido de neuronas situado en el corazón y que regula su funcionamiento. Schwartz cree que su presencia refuerza su teoría sobre la memoria celular. “Estas neuronas son similares a las neuronas del cerebro y tienen sus propios circuitos de retroalimentación; su propia circulación de información y energía que permiten al corazón autorregularse, así como comunicarse con el cerebro ”. Para Rolin McCraty no tiene sentido fragmentar al cuerpo humano y creer que las emociones se sitúan entre el cuello y el cuero cabelludo. “¿por qué no habrían de repartirse por todo el sistema?”. Cuando hay un trasplante, ese pequeño cerebro forma parte del corazón, y es posible que contenga también determinados paquetes de información respecto al individuo.

Corazón roto

“El aumento de estrés en el planeta es una llamada de alerta. La gente está más estresada. Las depresiones aumentan y eso se refleja en el aumento de cardiopatías”. De hecho, la creencia de que un corazón roto puede causar la muerte ha existido en todos los tiempos y culturas.

Según Ilan Wittstein, Cardiólogo del Hospital John Hopkins “la expresión “corazón roto” se ha usado a menudo a través de los siglos para referirse a personas que han fallecido tras algún tipo de trauma emocional. A menudo, por la muerte de un ser querido. Sugiriendo una relación entre nuestro estado emocional y nuestro corazón. Es el llamado síndrome del corazón roto, denominado miocardiopatía por estrés”. El corazón de las personas que padecen una miocardiopatía por estrés adopta formas poco usuales en lo que llamamos la base del corazón. La adrenalina y la noradrenalina son las hormonas del estrés más importantes en el cuerpo. Curiosamente, los niveles de estas hormonas en pacientes con el síndrome del corazón roto son muy superiores respecto a quienes sufren un paro cardiaco. Sin embargo, cuando el estado emocional del paciente se estabiliza, sucede algo milagroso: “de repente el corazón parece despertar. La mayoría de los pacientes que entran en el hospital con el síndrome del corazón roto, a las dos o tres semanas vuelven a tener un corazón normal”. Hoy en día, el “síndrome del corazón roto” es una enfermedad reconocida. “El corazón, más allá de ser una bomba que se contrae mecánicamente está influido por las hormonas y por diferentes sustancias químicas del cuerpo que afectan a su funcionamiento. Esto tiene mucho que ver no sólo con la forma en que el corazón está enervado –es decir, conectados por nervios- y por la conexión con el cerebro, sino también por la sensibilidad del corazón a esas hormonas. Es diferente a otros órganos. Se hace evidente que la relación entre las emociones y cardiopatías es real”.

Y sin embargo, la idea de que las emociones afectan al corazón sigue sin ser aceptada completamente. Todavía no hay interés ni estudios suficientes para saber cómo se relacionan entre sí el cerebro y el corazón. Para Fay Alberti, existe hoy en día una vuelta a los orígenes, a unificar las partes del cuerpo y convertirlo en un todo holístico. “Lo que la ciencia moderna está haciendo es volver a preguntarse: ¿ cómo interactúan el corazón y el cerebro ?”.

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Categorías: El poder del Corazón Puro, Consciencia, Espiritualidad, Humanidad, Paz, Vida

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