Este es el método “Loving All”, que aparece en el libro «El medio más directo para la felicidad eterna» (en inglés).

Su aparente sencillez encierra el reto de aprender a amar todo lo que nos suceda «dentro» o «fuera» nuestro, incondicionalmente. Sin duda, es uno de los mayores retos a los que podremos hacer frente. Si no lo crees, te invito a que durante un día hagas la prueba.

El premio bien merece el esfuerzo (y especialmente la placiencia necesaria para con uno mismo).  Es una manera efectiva de comprobar en la práctica hasta qué punto nuestras creencias espirituales son ya realidades manifiestas en el único campo de nuestra vida en el que aparentemente tenemos pleno control: cómo reaccionamos ante lo que la vida nos ofrece.

El sabor que nos dejan nuestras sombras puede resultar agridulce, pero honesto respecto a nuestro estado real de «autorealización» y -quizás lo más valioso de todo-: aviva nuestro sentido de agradecimiento por el mero hecho de existir y poder experimentar lo bueno y lo malo de nuestro comportamiento (esté o no «justificado» por los actos o dichos de terceros).

Un excelente planteamiento para afrontar nuestro día a día.

Este es el método:

«Ama todo lo que percibes exactamente como es.

Ama todo lo que experimentas exactamente como es.

Ama cada pensamiento que tengas exactamente como es.

Ama esos pensamientos que piensas que son buenos, exactamente como son.

Ama esos pensamientos que piensas que son malos, exactamente como son.

Ama todas tus emociones exactamente como son.

Si te sientes feliz, ama tu felicidad exactamente como es.

Si te sientes triste, ama tu tristeza exactamente como es.

Si te sientes valiente, ama tu coraje exactamente como es.

Si sientes miedo, ama tu miedo exactamente como es.

Ama tu cuerpo exactamente como es.

Ama los objetos que ves exactamente como son.

Ama a las personas que ves exactamente como son.

Ama tus acciones exactamente como son.

Ama todo lo que sientes, piensas, dices o haces exactamente como es.

Ama todo lo que otras personas hacen, sienten, piensan o dicen exactamente como es.

Si alguien te dice algo agradable, ama lo que esa persona dice exactamente como es.

Si alguien te dice algo malo, ama lo que la persona dice exactamente como es.

Si alguien te dice “eres la persona más agradable que he conocido” ama lo que la persona dijo exactamente como lo dijo.

Si alguien te dice “eres la persona más desagradable que he conocido” ama lo que la persona dijo exactamente como lo dijo.

Si algo agradable sucede durante tu día, ámalo exactamente como es.

Si algo horrible sucede durante tu día, ámalo exactamente como es.

Ama todo lo que sucede exactamente como es».

Michael Langford