«No hay dos yoes, uno separado y otro real. El yo real es siempre el único yo que existe, aunque se ha enredado tanto con los pensamientos, sentimientos, sensaciones y percepciones, que ha llegado a parecer que hay otro tipo de yo, uno que está limitado y separado, y que se halla localizado en el interior de cuerpo.
Sin embargo, este yo limitado no existe. Nuestro yo verdadero y consciente nunca es un yo separado, de la misma manera que una pantalla tampoco se convierte en un paisaje cuando comienza la película.
Al dejar de depositar su atención e identidad en los objetos del cuerpo y de la mente, nuestro ser se desprende progresivamente de estas adherencias. Aquello a lo que damos nuestra atención florece. Aquello a lo que damos nuestra atención se convierte en nuestra realidad.
Al prestar atención a nuestro yo-presencia consciente, la atención se ve liberada de su dirección, foco o tensión y se revela a sí misma como presencia. Aquel a quien estamos buscando se revela como aquel que está mirando.
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«Presencia: el arte de la paz y la felicidad», Rupert Spira.
