Ayer disfrutamos del último trabajo cinematográfico de Pedro Almodovar. Su actor principal y alter ego en el film, Antonio Banderas, realiza un soberbio trabajo gracias a las posibilidades de su personaje, un ser solitario desquebrajado entre el deseo y la nada de su condición humana.
El vacío interior que ha generado la mayor parte de las grandes obras artísticas del ser humano así como sus períodos más atormentados y oscuros, se nos muestra desde la perspectiva de un director cinematográfico de éxito venido a menos. Pasados los cincuenta, en la juventud de una previsible decrépita vejez, el personaje revive en su memoria algunos recuerdos de su infancia; experiencias cotidianas vividas desde la honestidad, la integridad y la pura inocencia… Un periodo mágico -el de la niñez- que contrasta con su vida actual, vacía y solitaria, anodina y esteril sin el sentido y contenido que le brindaba su don y su látigo: su talento como director de cine…. (más…)