AHORA

Sólo existe la existencia en el Ahora inmediato. Actividades mentales como pensar, imaginar, recordar o juzgar, implican “salirse” de la Realidad y “entrar” instantáneamente en el juego imaginario de lo mental; del tiempo y del espacio, de la materia y los objetos.

El Amor de lo Absoluto no se piensa ni ha de obtenerse: Es. Y esa eseidad lo incluye todo. La sensación viva de ser, de existir, es todo lo que hay.

LA MENTE

La mente siempre miente, a veces por ignorancia y otras por mala fe (sí, la “mente” como fluir de pensamientos puede ser perversa con uno mismo). Muchas veces, con su frenética actividad sólo busca mantener nuestra atención como medio para absorber nuestra energía (sí, la “mente” tiende a funcionar como parásito de nuestra vida). Por lo tanto, la mente no sólo no nos sirve como guía sino que puede convertirse en nuestro peor enemigo y llevarnos directos al naufragio. Sin embargo, como vía de conocimiento e interconexión con el mundo resulta una herramienta excepcional e imprescindible.

EL OTRO

Respeta al otro por más conflicto que te despierte, porque el otro es reflejo del Ser que eres, que Somos.

No soy más que el otro pero tampoco soy menos que nadie. Respetándome, respeto.

No tengo nada que demostrar al otro ni nadie a quien demostrar.

Toda tu historia de infancia y conflictos familiares es una costra imaginaria parasitaria y limitante, así como tu propia autopercepción como entidad finita, personal y corporal.

AMOR Y SER

El intento de comprensión mental sobre lo que Es siempre conlleva incomprensión. Renunciar a “saber”, a todo intento de comprensión mental, abre la puerta de la rendición, a la Gracia del presente, que Es Amor.

Cuando la mente calla el corazón se expresa.

Siente cuanto puedas ese amor constante, sin juicios, incondicional, y observa cómo la vida reacciona en su juego, creando sincronías de lo más maravillosas.

Agradece poder experimentar vivir. Ve Eso en Todo. Sé corazón abierto y expuesto. Sólo así fluirás como ola en el Ser, consciente y presente en el océano fluctuante del existir.

Entrégate a la vida, a la experiencia presente. Confía plena y absolutamente en que todo va bien. Tus riendas son del Ser. ¡Bendita liberación!