«La Paz Siempre Presente», de Arnaud Desjardins

“Para decirlo simple pero claramente: mientras se preocupen, no ven claramente. Su percepción está inevitablemente deformada. Nunca sufren más que de una emoción cruel y de pensamientos dolorosos provocados por una situación que no ven tal y como es, precisamente porque está deformada por su condena, por su modo de juzgarla o por el miedo; en una palabra, por la calificación. Si pudieran considerar la situación sin ninguna emoción, ya no les parecería en absoluto igual de preocupante. Y, sobre todo, se darían cuenta de que esa situación ya no tiene ningún poder para impedirles entrar en relación con la profundidad no afectada que está dentro de ustedes.

La existencia habitual es una cuestión entre ustedes y el mundo exterior: los amigos, los enemigos, los éxitos y los fracasos, y la Vía es una cuestión entre ustedes y ustedes mismos. Tenemos que volver sin parar a esa idea, porque todo les incita a a considerar que la partida se juega entre ustedes y lo exterior: mi marido que me abandonó, mi hijo que se droga, mis asuntos que se hunden; toda una serie de sufrimientos cuyo otro aspecto sería un aspecto feliz si las circunstancias fueran distintas. Pero el meollo de la Vida es su relación con su vivencia íntima, no es un asunto entre ustedes y la situación concreta. ¡No! Es un asunto entre ustedes y sus pensamientos, y su emoción aquí y ahora. Esos pensamientos de preocupación tal vez tan dolorosos, que les parecen estar completamente justificados y ser inevitables, se encadenan dentro de su cerebro. Dentro de ustedes es donde se desarrolla la existencia, no en el exterior. Dentro de ustedes reside la causa, en singular, de todos los sufrimientos. Y ese sufrimiento desaparece cuando dormimos profundamente durante la noche. No lo olviden.

Tenemos la costumbre de identificarnos con los cambios mecánicos de nuestros estados interiores. Pero la condición humana nos da derecho a la paz a partir de ahora y no sólo cuando se haya arreglado la situación. Son dos niveles diferentes de realidad.  Tal vez sea verdad que los bancos van a negarle un crédito, que su clientela va a disminuir y sus ingresos van a caer. Tal vez estén obligados a declararse en quiebra, pero eso no quita que tengan derecho a la serenidad. Tienen que lograr escuchar lo que les estoy diciendo aunque toda su experiencia les diga lo contrario. Y si lo escuchan y se acuerdan de ello, habrán entendido lo esencial”.

Arnaud Desjardins