Jan Kersschot nos invita en su último trabajo a abordar una aparente confrontación con lo que es, con lo que somos. En “Más allá” se nos propone establecer un vínculo distinto al que normalmente asume un lector en su compromiso voluntario con un libro. Las palabras que contiene no son el resultado de una reflexión personal del autor dirigidas a la comprensión intelectual del lector. Jan Kersschot nos anima a intentar leer más allá de las palabras, observando simultáneamente el blanco que las sustenta; es decir, abordando su lectura como una indicación impersonal de la Consciencia a la Consciencia, o lo que es lo mismo: un contacto entre olas en la unicidad del océano que somos.
Afín a la actitud sencilla y pragmática de su autor a la hora de expresar su mensaje, el contenido de “Más allá” no pretende sumergirnos en realidades oníricas ni en estados fantasmagóricos de consciencia. La Realidad que nos señala es única, ordinaria, sin niveles ni embelesamientos: “Lo-Que-Es”, por emplear uno de los múltiples conceptos que tratan de apuntar al Misterio Inefable que soporta, contiene y manifiesta Todo.
Desde aquí queremos dar las gracias a Jan Kersschot por su disponibilidad y deferencia al concedernos esta entrevista, así como por la labor que realiza en la difusión de la Enseñanza Viva. Recomendamos la lectura de “Más allá” a los buscadores de enseñanzas prácticas y directas sobre la Realidad última que todo y todos Somos. En sus propias palabras:
“No existe ningún camino hacia donde ir o para ser lo que ya somos. ¿Adónde vas a ir que no estés ya? Necesitamos ser claros en esto. Cuando la identificación con la historia personal desaparece, la eseidad pura que siempre parecía estar en el fondo de nuestra mente, se reconoce por lo que realmente es. Es la espaciosidad en la que todo aparece y desaparece. Y Eso es lo que somos nosotros”.
P: ¿Qué quiere decir exactamente el título de su último libro “Más allá”?
Jan Kersschot: Todos nuestros pensamientos, sentimientos y percepciones están cambiando continuamente. Nuestros cuerpos también cambian, pero la consciencia que presencia todos estos cambios, ¿está ella cambiando también? Si usted está leyendo un libro, verá que las palabras siempre son diferentes, sin embargo el color blanco de las páginas, sigue siendo el mismo. Cuando usted está viendo una película, las imágenes que se proyectan en la pantalla están siempre cambiando, pero la luz en las imágenes sigue siendo la misma. En mis libros, se invita al lector a prestar atención a la luz en las imágenes en lugar de prestar atención a la historia sugerida por las imágenes. Esta luz o energía no se encuentra dentro de nuestro cuerpo y tampoco se encuentra en algún sitio lejano en el mundo exterior. Está “más allá” de lo interno o lo externo, está más allá del pasado y del futuro y más allá de cualquier tipo percepción o sensación personal. La luz en nuestra película está dentro de las imágenes y sin embargo todos tendemos a pasar por alto esta luz. Esta “dimensión” impersonal es indivisible y atemporal. A veces se la llama “yo soy” y otras veces se la denomina “eseidad pura o eseidad desnuda”. De todas maneras es imposible describirla porque carece de forma.
P: Ya veo.
JK: Y sin embargo al decir “más allá” esto no quiere decir que usted tenga que ponerse en contacto con otra dimensión, o que usted tenga que ir a algún mundo mágico. No tiene que ir a ningún nivel superior, por decirlo así. Para encontrar la luz usted no tiene que ir a ninguna parte porque esta luz se encuentra ya en todas partes. No tiene porque cambiar su estilo de vida. No tiene que convertirse a otra religión. No tiene porque hacerse sacerdote o monja. Este reconocimiento es algo bastante ordinario, no es algo espiritual. No hay que cambiar nada. No necesitamos hacer ningún esfuerzo para crear esa luz, ya que esa luz ya está brillando. Dicho de otro modo, la eseidad pura está aquí siempre, completamente disponible, pero lo que pasa es que uno no lo reconoce o simplemente no se da cuenta de ello. Cuando esta eseidad pura se reconoce (por ella misma), todo cambia. Sus percepciones siguen siendo las mismas, usted (aparentemente) todavía se desenvuelve en la vida cotidiana como lo hacen todos los demás, pero la identificación con su identidad personal se vuelve menos opresiva. Aquí no se intenta negar la dimensión personal, ya que sin duda alguna tiene un valor práctico. Aquí se reconoce que hay algo mucho más vasto y más grande. Es un reconocimiento de la consciencia desnuda que es el testigo de todas las percepciones, sentimientos, hábitos y pensamientos. La persona, en sí, también es “vista” o presenciada. Usted todavía sigue comportándose como una ola, pero la humedad en “su” ola y la humedad de las “otras” olas ha sido reconocida como una única energía ilimitada. Esa es la verdadera esencia de todos nosotros. No negamos las diferencias que existen entre las olas, pero ahora somos plenamente conscientes de que estas diferencias solo son visibles en la superficie del océano.
P: ¿Cómo podemos alcanzar esa eseidad pura? ¿Existe alguna pauta?
JK: Esa pregunta es una pregunta típica que viene de la mente. Muchos buscadores me hacen la misma pregunta. Me piden el código mágico que les abra la puerta de la liberación. De hecho mi editor en Tokio me hizo la mismita pregunta justo antes de hacerme una entrevista. Me preguntó: “¿Cómo vive usted la vida no-dual?” La respuesta obvia es que no hay nada que puedas hacer para vivir una vida no-dual porque el “yo” que se supone que debería estar haciendo esto es, en sí mismo, una imagen. No estoy diciendo que no tenga que hacer nada, más bien le invito a que busque a ese, a la persona que usted cree ser, que quiere encontrar la paz. ¿Ha sido capaz de identificar o encontrar a ese que busca siempre una mejora de sí mismo? La principal dificultad que las gentes encuentran al leer mis libros es que no tratan de la persona sino que tratan de la presencia. Aquí no se trata de Jan o Juan. Yo no estoy intentando mejorar a Juan. No se trata de su historia personal. Por decirlo de otra manera, ¿qué pauta cree que debería darle a un fantasma que le dice que tiene dolor de cabeza? ¿Acaso espera que le recete un analgésico a un fantasma? Y sin embargo la mayoría de los buscadores todavía quieren y buscan una liberación para un ego, lo que no quieren es la liberación del ego en sí. Por eso irán corriendo a cobijarse bajos los brazos de la religión, de la espiritualidad o de la terapia, porque en esos sitios la idea de ser una persona es tomada muy en serio.
P: Entonces, el ego es incapaz de resolver el problema porque él mismo es el problema.
JK: Sí, esa es la paradoja. El ego no puede expulsarse a sí mismo de su propio cuerpo. Por eso es algo tan frustrante para la mayoría de los buscadores. Es como el barón de Munchausen, que trató de salir de una ciénaga, en la que había caído, tirando de su propio pelo. Sin embargo, por otra parte, el ego en sí no es algo real en el sentido físico. Es solo una imagen, un concepto, que suele aparecer de vez en cuando. Al hablar de él y describirlo en mi libro, ya lo he valorado mucho. Al ego le gusta pensar que él o ella es algo permanente y real, pero en realidad no lo es.
P: ¿Puede el silencio y la paz interior hacer acto de presencia cuando me entrego completa y conscientemente a lo que es?
JK: El silencio y la paz interior ya están aquí, dentro de usted y dentro de mí. Y también se encuentran fuera de usted y fuera de mí. Es un espacio sin compartimentos ni límites. Este espacio no es algo que necesite ser creado y tampoco es algo que tenga que venir o llegarnos desde fuera porque al estar en todas partes no tiene que cubrir una distancia. La mente egoica siempre intentará buscar un nuevo truco para tratar de agarrarlo, o para encontrar la paz, o para estar en armonía o sentir el amor incondicional, etc. Todos estos términos son muy atractivos para el buscador. La cosa no funciona de esa manera. Preferiría decir que puede aparecer una sensación de lo infinito como un “efecto secundario sutil” de la claridad, pero no existe ninguna garantía de ello. Y si llega tampoco quiere decir que esto sea una señal de progreso. El ego es muy inteligente y siempre quiere regresar de nuevo al escenario para reclamar su identidad. No existe ningún camino hacia donde ir o para ser lo que ya somos. ¿Adónde vas a ir que no estés ya? Necesitamos ser claros en esto. Cuando la identificación con la historia personal desaparece, la eseidad pura que siempre parecía estar en el fondo de nuestra mente, se reconoce por lo que realmente es. Es la espaciosidad en la que todo aparece y desaparece. Y Eso es lo que somos nosotros.
Book trailer
https://youtu.be/eLNa5uXdLBI
Más información:
Página oficial de Jan Kersschot