El VIAJE DE RIDDHI

Crucifijomunista

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¿Qué pasaría si el Papa le hubiera regalado al Presidente de Bolivia, Evo Morales, una bandera de Bolivia con un crucifijo bordado en su centro?… Independientemente de su aspecto de figura zafia, inimaginable salvo en oferta de tienda china, su presencia resulta ofensiva cuando se trata del encuentro público y oficial entre el representante de un país y el líder máximo de la segunda religión del Planeta. 

Con la que está cayendo en casi todos los países no es cuestión de rasgarse las vestiduras por un gesto errado como éste;  vemos que el Papa Francisco tampoco lo hace en  ese momento. Tampoco es cuestión de enjuiciar a Evo Morales. Esta deliberada provocación «artística» es simple y llanamente la imagen de un gesto que quedará como ejemplo de error diplomático.

En cuanto a este «crucifijomunista», es justo que quede en el salón de ofrendas del Vaticano. O con algo más de suerte el Vaticano decida subastarlo y done su dinero para ayudar a paliar la pobreza en el mundo. O quizás, quién sabe, cunda el ejemplo y comience a donar sus propiedades para tan digno, importante y trascendente fin.

Hay guerras que empiezan por mancillar símbolos. Quizás éste sirva en su mestizaje para unir lo mejor del mensaje de Cristo y el ideal noble de reparto equitativo que predica el Comunismo.  El problema, como siempre, en ambos casos, siempre seremos nosotros: los deseos personales de los hombres.

Categorías: El poder del Corazón Puro, Consciencia, Humanidad, Muerte

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