El VIAJE DE RIDDHI

El Desierto, por Cris

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El desierto simboliza el lugar donde se acrisola la pureza de corazón, entendiendo como tal la auténtica humildad.

Esta humildad es el estado en donde el “yo” (“vehículo”, “encarnación”, “criatura” que le dicen los cristianos, etc. ) se reconoce un instrumento de “lo divino” (“El Profundo”, “Lo Absoluto”, “Ello”, “El-uno-sin-segundo”…o el término que quieras), reconoce al Ello encarnado como ese yo aquí y ahora…y se pone a su total disposición, se rinde al Espíritu, que dicen los cristianos. Es el “Hágase Tu Voluntad”.

No es, pues, el desierto un lugar geográfico sino la actitud y disposición interna, personal que, mediante un trabajo progresivo y constante, conduce al yo, a la criatura, a soltar, a desasirse y desprenderse de todo lo que no es, para así reconocer Quién realmente es (reconocer su Rostro Original; el encuentro con Dios…también hay mil y un términos para esto). El desierto representa, pues, la desnudez de lo esencial, la ausencia de lo accesorio, de lo accidental, no me explico bien pero creo que me entiendes ¿verdad?.Por eso el desierto es ese periplo personal e íntimo, individual que puede ser llevado a cabo en cualquier sitio, momento y por todos y cada uno de quienes así se lo propongan…Y a este desnudarse de lo accesorio contribuyen intensamente la soledad y el silencio.

Te dejo con Henri J.M.Nouwen: ”Los Padres del Desierto no pensaban en la soledad como en una forma de estar solo, sino de estar a solas con Dios. No pensaban en el silencio como en una forma de no hablar, sino de escuchar a Dios. La soledad y el silencio son el contexto en el que se practica la oración”. Y, sobre la oración, Nouwen añadía: ”la oración del corazón es una oración que se dirige a Dios desde el centro de la persona y de esta manera afecta a nuestra entera humanidad”. Yo lo hago extensivo al orar, a ese orar que es la consciencia de la presencia de Dios, vuelvo a usar terminología cristiana. Jäger lo describe perfectamente cuando dice que cuando el yo se da cuenta de que lo que está viviendo es la vida de Dios (Ello encarnado como ese yo aquí y ahora), cada acto de la vida cotidiana, calzarse unas zapatillas por ejemplo, es un acto sagrado. Pero me estoy disgregando, es difícil no hacerlo pues todo está relacionado (dualidad, desapego, gran tema éste, muerte del yo…).Fíjate, por ejemplo, el pasaje de las tentaciones de Jesucristo en el desierto…

Es el desierto ese viaje interno que “devuelve” a cada uno de los “muchos” al UNO; que nos devuelve a “casa” (al Padre, en terminología cristiana).

Categorías: El poder del Corazón Puro, Consciencia, Espiritualidad, Humanidad, Muerte, Paz, Vida

8 Comentarios, RSS

  1. cascabel

    Gracias Cris, Gracias Juan por compartirlo!

    Y si para encontrarse a uno mismo hay que atravesar el desierto solo y en silencio, cuando sabes que lo has conseguido, cuando llegas al Oasís? 😉

    Bss

    • cristian

      Somos,cada uno de nosotros,Dios encarnado como esta persona,en este yo…ya estamos «encontrados».Simplemente seamos conscientes de ello y de la máscara(en el sentido del «personaje» que somos,la identidad de cada uno)e intentemos que esa máscara se supedite a Dios y no pretender lo contrario (personalismos o egos,en el sentido más negativo).Debo aclarar que hablo de Dios y encarnación (máscara,personaje…la identidad de cada cual,responsable de que yo me vea yo y tú,tú),hablo de dos cosas que no estan una aquí y la otra en otro sitio sino que una(encarnación) es el recipiente en el que se derrama la Otra,la divina,por decirlo de algún modo( y su creación,además).

      El silencio no se refiere al sensorial sino al ser conscientes de todos los «ruidos» que nos distraen de centrarnos en Dios;no es tanto el no oir sino el ser capaz de distinguir la voz de Dios en todo lo que nos llega y rodea (percibir con el ógano del Amor).
      Idem para la soledad.No se refiere a la soledad física sino a ese acompañarnos de todo lo que nos aleja,y separa,de Dios:pensamientos,sentimientos,palabras,actos que van contra el Amor(Dios)…por eso se habla del desasirse en el sentido de no estar «enganchado a»..

      Puedes estar en soledad y silencio físicos y con un guirigay mental,emocional,etc intenso,por ejempl:fantaseando con lo que deseas (incluso el conocimiento del Profundo,sería una suerte de apego místico) o pensando en lo que te sucedió-grato o ingrato- o en lo que crees que te ocurrirá,distrído de tal forma que ni te fijas ni te acuerdas de lo que hiciste,etc

      Ambos,soledad y silencio,se refieren a una actitud de consciencia plena en/de el aquí y ahora que incluye ese sabernos herramientas del Amor y poner todo nuestro ser y persona,toda esa encarnación-cuerpo,esfera afectivo-sentimental,pensamientos y,lógicamente,los actos-al servicio de ello..lo demás irá viniendo por sí solo.

      S.Francisco de Asís lo resumía en»Señor,haz de mi un instrumento de Tu paz».(en mi opinión,su oración es de las más completas y claras,en el sentido de que va a la raíz del asunto).

      Obviamente,Cascabel,es sólo mi opinión.

      Me da que me extendí un tanto,perdón,Juan.
      Saludos.

      • cascabel

        Gracias Cristian,

        Mi guiño es la compresión de las metáfora y mi adhesión a la idea que se trasmite el texto…

        Ahora te explico yo, el sentido mi pregunta retórica…
        simplemente; Desierto + Oasís = Consciencia
        Es una tríada más…

    • cristian

      Gracias a tí,Cascabel.
      Ah,esto de la virtualidad,jeje..vaya rollo que te solté…,no pillé el sentido de tu comentario.Mis disculpas.Aclarado me queda.
      Saludos.

  2. El Reverendo

    Esas tentaciones de Jesús en el desierto tienen una significación muy honda en la Hª de la Salvación de nosotros los hombres. Él prelude las siguientes tentaciones de cada uno de nosotros, de ahí que el Señor nos haya enseñado en el Padrenuestro, a pedir a Dios que nos ayude con su gracia para no caer a la hora de la tentación. Fijaos que antes de comenzar su obra mesiánica y de promulgar el Nuevo Testamento, Jesús, el Mesías, se prepara con la oración y el ayuno en el desierto. Asimismo, Moisés había procedido de modo semejante antes de promulgar, en nombre de Dios, la Antigua Ley del Sinaí (Éxodo 34, 28). También Elías caminó cuarenta días en el desierto para llevar a cabo su misión de hacer renovar el cumplimiento de la ley (Libro I de los Reyes 19, 5-8).

    El Reverendo advierte a la feligresía: ¿Por qué no ponemos en cuarentena nuestras prosaicas existencias?

    • cristian

      Amén,Reverendo,amén.
      Y seguimos y sumamos,Reverendo:los cuarenta años que el Pueblo de Israel caminó por el desierto hacia la Tierra Prometida o Saulo de Tarso camino de Damasco,también en el desierto se llevó a cabo su conversión.
      Ciertamente tiene un valor simbólico importante,amén de otros significados.

      • El Reverendo

        Sí, querido Cristian -que significa «cristiano«-, todos hemos de hacer nuestra travesía en el desierto. Éso no significa simplemente bienvivir, malvivir o sobrevivir como el común suele hacer, no, significa enfrentarse a solas con uno mismo en ese lugar simbolizado por el desierto. Abrazo fraterno querido prójimo.

  3. Reverendo, es muy difícil poner en cuarentena nuestras existencias; más, hoy en día, donde el ansia por aprovechar hasta la última mota de tiempo nos impide disfrutar de los pequeños detalles de no hacer nada concreto, salvo dedicarnos a la contemplación externa e interna y a observar su íntima relación.
    También Buda a su manera realizó ese ayuno y “oración” hasta que se dio por perdido; y justo entonces, cuando el propio deseo de iluminarse fue desechado, pudo realizarse. Supongo que está en cada persona, pero creo que al igual que una cura en forma de dieta de limpieza la consideramos beneficiosa para el organismo y para nosotros mismos, también produciría un efecto sanador una dieta de calma y observación; siquiera, de abandono de la rutina que nos impone el día a día.
    Cristian, nada que perdonar y mucho que agradecer 🙂 Mencionas a S. Francisco de Asís y su oración ”Señor, haz de mi un instrumento de Tu paz”. Quizás es lo que constituye el sendero de la iluminación o la realización: ser conscientes de que somos más como seres de lo que creíamos y de quien creíamos, y asumir el miedo y desconcierto de abandonarnos a esa “intuición” y “abrirnos” para que “Dios” y lo mágico que encierra el misterio de la Vida pueda expresándose a través nuestro en el mundo material de los sentidos.
    Cascabel. Muy interesante tu fórmula : ) Quizás cada oasis que encontramos durante el camino se escurre por ser en gran medida un espejismo. La suma de pequeños destellos del Oasis, de sus pequeñas pepitas, provocarán en algún tramo del camino, ya sin nuestra voluntad, el encuentro real y pleno con el Oasis.

    Muchas gracias a los tres por participar y dar vida a este hilo 🙂

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