En estos días hemos abordado desde distintas perspectivas el poder de las afirmaciones.
Hoy queremos compartir el testimonio de Eileen Caddy: una de las fundadoras de la comunidad espiritual de Findhorn en Escocia. Su legado es haber inspirado a miles de personas a vivir en conexión con su interior a través de mensajes de guía interior y crecimiento espiritual.
Según sus propias palabras:
«¿Quién soy? ¿Qué estoy haciendo? ¿A dónde voy? Muchos de nosotros nos formulamos estos interrogantes de vez en cuando. Yo lo hice.
Una vez, planteé esa pregunta durante la meditación: «¿Quién soy?» Se me dijo que usara una afirmación. En aquella época no me gustaba la idea de una afirmación, pues sentía que era como lavarme el cerebro, así que deseché el consejo. Sin embargo, cada vez que meditaba recibía la misma frase como respuesta: «Soy un hermoso ser lleno de Cristo.»
Estaba impactada. ¿Cómo podía andar yo por ahí diciendo tal cosa? No me atrevería. La gente pensaría que me había vuelto loca. Pero el estímulo interno fue tan insistente que, al final, decidí experimentarlo cuando estuviese sola y nadie me escuchara.
Al principio fue un murmullo sin entusiasmo, pero, a medida que fui utilizándola, esta afirmación fue cobrando fuerza. Así comencé a comprender qué significaba utilizar una afirmación.
En un primer momento, todo lo que salía de mi boca eran apenas palabras vacías que nada significaban para mí. No obstante, mientras continuaba repitiéndola, las palabras comenzaron a cobrar vida lentamente. Más adelante, me di cuenta de que ¡me estaba convirtiendo en las palabras!
Por último, llegué a saber y a aceptar que, en verdad, soy un hermoso ser lleno de Cristo.
Por cierto, todos somos hermosos seres llenos de Cristo, pero cada cual necesita reconocerlo y aceptarlo.
Ahora puedo hacer esta afirmación sin cavilar porque sé que es verdad. También sé, a partir de esta experiencia, que las afirmaciones usadas adecuadamente son herramientas muy poderosas.»

