El VIAJE DE RIDDHI

«El Ser que somos es ineludible» – Leo Carcaiso

Conocimos a Leo Carcaiso por causalidad, o mejor dicho, por los  algoritmos misteriosos de Amazon, que sitúan su obra “En la olla de la Conciencia”  como afín al libro “Más allá” de Jan Kersschot, con quien pudimos conversar y publicamos recientemente varias entradas.

Según el texto que aparece en la contraportada de su libro,  Leo Carcasio es “un italiano que se fue a vivir a Tenerife en busca de una nueva vida y de otras respuestas // No es ni un maestro, ni un escritor profesional; aún así, ha sido vehículo para que naciera un breve y sencillo texto, inspirado desde el corazón y escrito en menos de un mes // Un libro que habla de la vida, de las mentiras que nos gusta contarnos y de la Paz que, aún así, se halla siempre presente y disponible. Aquí encontrarás el relato informal de un amigo que un día, sentado en el banco en un parque, mientras buscaba tabaco en su bolso, acabó encontrando a Dios”.

Tras leer su libro, contactamos con él y amablemente nos permitió conocerle. Nos vimos la mañana de un domingo en un hermoso parque de Tenerife, y allí conversamos tranquilamente sobre algunos de los temas que aborda «En la olla de la Conciencia». El audio de esa conversación, que inicialmente iba a ser el contenido de esta entrada,  está disponible en el video de cabecera.

A continuación, la entrevista inicial que planteamos por email, centradas “En la olla de la Conciencia”.

¿El proceso del supuesto buscador es una cuestión de Fe, o todo está programado y ajeno a la voluntad del individuo? 

La búsqueda espiritual toca a la puerta sin permiso y sin presentarse. Aparece cuando oye en nuestra casa quejidos y gritos de frustración. Entra con modales, decantando la decoración del salón y haciéndonos la pelota por los títulos que tenemos colgados en la pared, pero en seguida se tumba en el sofá y con los pies sobre la mesa empieza a pedir esto y aquello.

Con «esto y aquello» me refiero a la infinitud de tareas espirituales que nos encomienda, con el fin de complacerla: cursos, talleres, meditaciones y toda una serie de sacrificios ¡para poder por fin echarla a patadas de casa!

Es verdad que no hay alguien que pueda tener ni la voluntad ni la capacidad para invitar la búsqueda espiritual a su casa… pero también es cierto que fueron los quejidos y la desesperación los que le llamaron la atención y la indujeron a acercarse.

Esto es lo que parece pasar.

La verdad es que todo lo que acabo de describir es el cuento de un proceso que nunca existió porque un proceso es una abstracción de la mente que, bajo el foco de su atención, une diferentes momentos. Y sólo tenemos este perfecto momento atemporal donde el Ser se vierte en si mismo.

El guión de una programación o plan divino que rige nuestras vidas, desde mi posición, se parece al guión de una semilla que se volverá una planta… algo muy natural.

¿Podemos precipitar de algún modo ese proceso o es un esfuerzo vano, como intentar “ser buenos” para negociar con «Dios» y “ganarnos” el despertar? 

Nada es necesario por hallar la Verdad porque Ésta se encuentra ya aquí y ahora. «Allí y después»  nunca la encontrarás. Cualquier esfuerzo o tensión te alejarían inevitablemente de Ella, aunque Ésta nunca se separará de ti porque lo que tú eres en lo más íntimo es la mismísima Verdad… ¡Esta es la paradoja!

-¿Cómo interpretas  la idea/significado de la “rendición”, como paso decisivo en el camino de confiar en que estamos siendo llevados al “despertar” de la realidad que nunca hemos dejado de ser? 

El ego nunca aceptará sinceramente Lo Que es, porque cuando mira la Verdad ve su propia muerte. Pero, después unos años compartiendo nuestra vida con él, llega el punto en que ya lo tenemos «calado» y empezamos a desconfiar de este incomodo compañero de piso.

Así que puede que en algún momento surja la inquietud o la curiosidad en conocer nuestra verdadera identidad.

Allí es cuando empieza nuestra guerra espiritual sin la cual no podría existir una rendición. Y ésta llega cuando finalmente realizamos que todos nuestros esfuerzos, nuestras «batallas», han fracasado. Hemos perdido la guerra. Solo queda rendirse y aceptar las condiciones del ganador.

Lo que puede pasar es que, una vez vencidos, humillados y derrotados de cualquier ambición, nos demos cuenta de que, en esta guerra, la parte más íntima de nosotros nunca fue involucrada pero aparece ahora como la que más títulos posee para ser el verdadero Sujeto.

En tu libro escribes la siguientes reflexiones. ¿Podrías ahondar un poco en lo que señalan tus palabras en algunos de estos puntos?

  • “Nos mueve el deseo de alcanzar una felicidad perdida que, en realidad, ya estaba antes de que el deseo surgiera”

En la visión de un mundo fragmentado, surgen todo tipo de deseos para colmar el frío vacío de la separación. Una falta de plenitud nos empuja a un eterno «perseguir» y cuando lo que hemos alcanzado resulta inevitablemente insatisfactorio, la búsqueda vuelve a ponerse en marcha.

Pero la Realidad es completamente no-dual. En su Plenitud no hay nada que esté en mal lugar ni necesite un cambio por nuestra parte. Es totalmente completa y perfecta, e incluye todo, absorbiendo cualquier pseudo-identidad y revelándose por ende como el verdadero Sujeto.

En Ella cualquier deseo falta de sentido. La Paz que reina en su ser vuelve ridícula cualquier «dual» felicidad.

  • “La verdadera maravilla consistió en el ver lo cotidiano sin nadie que lo viera y la comprensión de que nunca hubo alguien ni en mí, ni en los demás. Fue el alegre funeral de mi “yo”, la jubilosa decapitación del tirano, el asombro ante esta clamorosa mentira y la carcajada al final de un buen chiste”.

El mundo visto desde la perspectiva del mundo, aparece perfecto y maravilloso.

En mi caso, delante del asombro de ver la Realidad verterse en sí misma, surgió la duda de si todo eso no sería una experiencia mística. Así que hubo como un movimiento de la atención de 180º, directo al centro de mi mismo, buscando el sujeto experimentador.

Fue justo entonces cuando, al encontrarme un infinito Vacío, estalló la Comprensión. Se vio claramente que nunca hubo «alguien en casa» y por supuesto, ni siquiera en los otros mecanismos cuerpo/mentes que aparecían a mi alrededor.

El colapso de este castillo mental deja espacio a una increíble y dulce alegría. Empiezas a reírte de ti mismo, de lo bobo que fuiste a contarte y creerte tanto tiempo un símil drama.

  • “Eso que iba buscando ya estaba donde yo me encontraba. Nunca me había dejado solo, ni nunca lo hará. Lo que perseguía era yo y no se necesita hacer nada para ser lo que uno ya es. Eso que yo soy, no es lo que había supuesto hasta entonces; una fugaz e indefensa imagen entre muchas que nació un día y unos cuantos después morirá. Lo que yo soy, lo que somos, nunca empezó y jamás terminará. De ninguna manera puede verse afectado por lo que ocurre en este sueño, como el aire no puede ser herido por una flecha o un arcoíris cortado por un cuchillo”.

Cuando el pseudo-sujeto queda desenmascarado, el Vacío que subyace, abarca toda la Plenitud del Ser, mostrando la danza sin tiempo de la Existencia surgir, decaer y morir en la Consciencia.

Esta es la Realidad. Esto es lo que somos.

Ahora”.

 

Más información pinchando en la imagen de su libro.

ollaconciencia  
Categorías: Ahora, Alegría, Amando, Amanecer, Amar, Amarse, Amigo, Amistad, Amor, Amor incondicional, Armonía, Atención, Atreverse, Camino, Consciencia, Coraje, Corazón, Ego, El poder del Corazón Puro, Espíritu de superacion, Espiritualidad, Gratitud, Leo Carcaiso, Libertad, Mente, Miedo

Tu email no será público Required fields are marked *

*