Haz clic en la imagen para ver el video

Hoy no celebramos una creencia.
Celebramos una posibilidad.

La posibilidad de dejar de fingir.
De soltar las interpretaciones del pasado.
De recordar quién eres… antes de todo esto.

Vivimos tan condicionados por lo que creemos que deberíamos ser, que a veces olvidamos algo esencial: nadie vino aquí a actuar un papel. Lo que somos, en lo más íntimo, no necesita ser demostrado ni aprobado.

En este día en que tantos hablan de Resurrección, proponemos una mirada respetuosa y paralela.
Una que no es vertical ni horizontal, como el trazado de la cruz, sino ese espacio central en el que ambas direcciones se encuentran… y vuelven Una.

¿Y si el verdadero milagro no fuera que alguien “volviera a la vida” hace siglos,
sino que tú vuelvas a Ti… ahora mismo, en el único instante y lugar donde realmente eres: este instante, aquí y ahora?

Este mensaje, que hoy compartimos en forma de video, no pide fe, ni esfuerzo, ni perfección.
Solo te recuerda algo que quizás ya sabes, pero habías olvidado:

• Que no necesitas cambiar para merecer ser.

• Que no estás aquí para cumplir expectativas,
  sino para habitar lo que ya eres, en ese único punto vivo de tu realidad: el ahora.
  Unificado, contigo, con honestidad.

En un mundo lleno de ruido, de excesos vergonzosos y carencias disfrazadas,
de silencios ahogados en un mar de apariencias…
la mayor revolución es ser real contigo.
Sentarte contigo. Escuchar tu voz interior. Soltar el juicio.

Y si puedes… amar sin condiciones. Como el Sol.
¿No merece semejante utopía nuestra vida entera?
¿No lo merece, al menos, más que la obsesión de agradar a propios y extraños moldeando la máscara de una apariencia interesada?

Te invitamos a ver este breve video y a escuchar su mensaje con esos ojos: los de la honestidad.
No pretende ser un mensaje.
Pretende ser un espejo.
Un espejo de tu realidad.
De la realidad de muchas personas a lo largo de la historia…
y muy especialmente, en estos tiempos, de una nueva y aún misteriosa realidad.

Un espejo que no te muestra lo que falta,
sino lo que habías dejado de ver.

Quizás ver eso,
ser eso,
simplemente eso…
sea el verdadero milagro.