Documental en dos partes de Vikram Gandhi, un cineasta americano de padres indios, que cansado de la falsedad de la religión que vivió en su país, especialmente de la supuesta necesidad de gurus o personas espiritualmente «avanzadas», decidió convertirse en un falso gurú, aprovechándose de su destreza en el yoga y sus conocimientos de la extensa religiosidad india adquiridos en la infancia.
Es un documental agridulce pero interesante por cuanto nos muestra qué vulnerables y cándidos podemos llegar a ser cuando abrimos nuestro corazón. Aunque, en algunos casos, esa apertura de nuestra confianza revela nuestra necesidad de recibir el amor que ya somos pero no sabemos cómo recuperar en nosotros, para poder luego darlo. Por otro lado merece verlo por el conflicto que genera en su autor, al verse poco a poco superado por la situación.
En un tiempo como el actual, con un desarrollo exponencial de la tecnología de medios al alcance del gran público unido a un vacío cada vez mayor de la antiguas certezas que parecían guiar a las sociedades y al mundo, al individuo en suma, se hace necesario un compromiso personal con uno mismo para tratar, en la medida de lo posible, no buscar muletas ni falsos caminos en manos de terceros, por muy santos que sean. El «camino sin camino», según dicen los sabios, está sólo y exclusivamente para recorrerlo cada uno con sus propios pies, que son, esencialmente, Sus manos.