Esta composición fotográfica hallada en internet, muestra bien claro hasta qué punto en esta guerra -como en cualquier guerra- todos pierden su dignidad como seres humanos. Más allá de las fronteras, razas o creencias, la guerra nos une en el dolor, la destrucción y la muerte.

En esta guerra -como en cualquier guerra- sólo ganan los mercaderes que (situados a miles de kilómetros) hacen botín con la destrucción que generan las armas con las que comercian. También, ganan los estrategas políticos que ven por igual a los civiles extranjeros que caen indefensos ante sus ataques, como a su propio ejército: peones de muerte y sangre que sólo recibirán por su última gesta en vida, un trozo de tela de colores y una chapa con leyenda. «Intereses de Estado», «Daños colaterales», repiten como cabreros a sus ovejas.

Las guerras seguirán por los siglos de los siglos, posiblemente. Aún así, eso no modificará su insensata naturaleza. Sólo la paz es el camino natural para que la Humanidad logre convivir libremente, respetando –y agradeciendo– la dispariedad de credos, gustos y creencias.

LA PAZ ES EL CAMINO. Todo lo demás -se tilde de acto heróico, patriótico o religioso- no dejará de ser triste fruto de mentiras, intereses y míseras estratagemas.