«Aunque estar presente es simple, no es tan fácil permanecer presente mientras vives tu vida, trabajas y participas en tus relaciones. Estamos constantemente siendo arrastrados hacia el mundo de la mente. Si vas a integrar la Presencia en tu vida cotidiana, hay una serie de pasos que tienes que tomar y unas pautas que deberás seguir.
Primero: estar presente tiene que ser tu primera prioridad.
Muchas veces cada día, ajusta suavemente tu enfoque para estar presente con algo que está aquí en el momento contigo. Estamos acostumbrados a vivir dentro de la mente y somos adictos al pensamiento. Requiere un compromiso muy profundo hacer ese cambio desde el pasado y el futuro hacia el presente. Incluso si estás muy ocupado en el trabajo, haz una parada de vez en cuando por un minuto o dos, y permanece presente con la pluma o bolígrafo de tu escritorio o la planta en la esquina de la habitación. De esta manera, mantendrás tu conexión con la Presencia. Si vas a caminar, no hay necesidad de pensar. Simplemente estás presente con lo que ves, oyes o sientes. Si estás lavando los platos o tomando una ducha, no hay necesidad de pensar. Simplemente estás presente.
Pero estar presente no es suficiente. También tendrás que convertirte en un maestro de tu mente y ego. Tendrás que pasar por un proceso de reconocimiento de todas las formas en que te sales involuntariamente del momento presente.
En el curso de mi propio despertar, he identificado cuatro formas principales en las que nos salimos de la Presencia:
• Resistencia del ego. Tendrás que entrar en relación correcta con el ego de manera que sea reconocido, amado y aceptado, para que renuncie finalmente a su necesidad de tener el control y ya no te saque de la Presencia.
• Negación de tu humanidad. ¿En quién te has convertido en un mundo donde nadie está presente? ¿Te has convertido en alguien irritable, culpable, crítico, resentido, un necesitado, una víctima? Tendrás que pasar por un proceso de asumir, reconocer y confesar en quién te has convertido si deseas despertar a la verdad de quién eres.
• Emociones reprimidas. Estas se activan o estallan continuamente, lo que trae consigo que el pasado nos inunde, haciendo imposible que permanezcamos en la verdad y la realidad del momento presente. Tendrás que permitir que todos esos sentimientos reprimidos dentro de ti afloren suavemente y se expresen de manera consciente y responsable para sanar, completar y liberar.
• Enredarse en los demás. Hay una serie de poderosos enganches que nos sacan del momento presente y hacen que nos perdamos en los demás. Enredarte en los demás buscando amor, aprobación o aceptación es un ejemplo de tales enganches. Temer el rechazo o el juicio es otra forma de perdernos.
Finalmente, tendrás que liberarte del juicio, ya sea un juicio sobre ti mismo, sobre otros o sobre algún acontecimiento que ocurra en tu vida.
A medida que profundices en la Presencia, tu vida y tus relaciones se transformarán. Te sentirás más tranquilo y más amoroso. Ya no mirarás a los demás buscando amor y aceptación. Ya no te juzgarás a ti mismo ni a los demás, ni temerás el juicio u opinión de los demás.
Te sentirás más capacitado para ser tú mismo y expresarte plena y libremente. Pensarás con mayor claridad y ya no te sentirás afectado ni afligido por esa corriente constante de pensamientos inconscientes e involuntarios. Tu mente estará mucho más tranquila, y en los niveles más profundos de la Presencia, comenzarás a experimentar lo que los grandes místicos y maestros han estado hablando durante siglos».
- Advaita
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