«Informe sobre desarrollo humano PNUD 1998, cuadro 1.12, página 51, “¿Las prioridades mundiales?”. Los datos de enseñanza, agua, salud reproductiva y nutrición básica son lo que costaría obtenerlos para todo el planeta. Los otros son “tristemente” reales».  Fuente y  gráfico: mujer palabra

Aunque ha pasado más de una década, da la impresión que los objetivos de las distintas naciones tienden, en general,  a ser los mismos.  Los ciudadanos, las personas, ocupamos un lugar de engranaje tanto en su mecánica y objetivos cotidianos así como en sus prioridades a corto y largo plazo.  Muy dificilmente las naciones pasarán más allá de acuerdos puntuales motivados por sucesos concretos. Al fin y al cabo, el gráfico así lo expresa, todo se reduce como prioritario a defender las fronteras y al sistema establecido, incluyendo su maquinaria productiva (en el que se incluyen sus ciudadanos como sustituibles piezas).

Si las instituciones religiosas y políticas han de transmutarse, incluso algunas extinguirse, también habrán de hacerlo las naciones, no sólo porque tendemos a una fusión multicultural; tampoco porque, observado desde el espacio, la Tierra carece de fronteras nacionales. Esencialmente las naciones han de desaparecer, si quiera como han sido entendidas hasta ahora, por cuanto la propia dinámica de esta crisis irreversible en su carácter extremo, nos hará comprender a gobiernos, estados y ciudadanos que somos, como el resto de la Existencia, manifestaciones interrelacionadas de la Vida, que necesitan de esa interrelación -en todo su amplio sentido físico, psíquico, emocional, vibracional, afectivo y espiritual-  para su propia subsistencia.