Una de las frases que aparecen en este video dice: «El amor y la compasión son necesidades, no lujos. Sin ellas, la humanidad no puede sobrevivir». Su autor es el Dalai Lama.
En esta época que nos ha tocado vivir se está haciendo patente esta realidad.
Algunos apuntan que como Humanidad estamos involucionando. Es decir, estamos perdiendo los valores más nobles que ancestralmente nos han definido por lo que somos: seres humanos.
Una explicación espontánea, original y bastante clarificadora sobre el origen del conflicto emocional que sufrimos la mayoría de personas; algunas, siendo conscientes de su existencia.
Lo mejor de su explicación es su cercanía y espontaneidad y, ante todo, que habla desde su propia experiencia.
El video, bien editado y con algunos guiños que le dan humor y frescura a la explicación.
Wim Holf es conocido mundialmente como «Iceman» por su tolerancia al hielo. Gracias a su control mental, debido en gran medida a su capacidad para controlar la respiración y mantenerse en estados meditativos, ha podido realizar auténticas proezas de resistencia al frío.
Este video contiene una selección personal de fragmentos ordenados de forma libre, pertenecientes a la obra «Yo Soy Eso», de Nisargadatta Maharaj. Se trata de una extensa recopilación de las conversaciones que mantuvo con algunas de las personas que se acercaban a él para plantearle sus dudas existenciales y pedirle un camino, una receta, una vía a seguir.
Compartimos un nuevo video. Se trata de un sencillo homenaje a un amigo personal y también de este blog desde sus inicios.
Jorge Monzó Bergé -o Lemonzo, su nombre artístico- tenía en la cabecera de su blog este proverbio latino: “Los huesos para los que llegan tarde”; una frase que definía su actitud ante la vida. En su espacio compartía dos de sus grandes pasiones: el mundo financiero y el artístico.
Eduard Punset entrevista a Kathleen Taylor, científica de investigación en el Departamento de Fisiología, Anatomía y Genética en la Universidad de Oxford. Gracias a ella conoceremos hasta qué punto nuestra mente es tan fácilmente manipulable.
De hecho, según la científica, nuestro aparente “yo” es en última instancia una idea de nosotros mismos. Una idea que nos permite ser más eficientes y no caer en el caos tras cada despertar.
En última instancia, esa idea de quien creemos ser es también eso: una creencia.
«Naces solo y mueres solo, y en el paréntesis la soledad es tan grande que necesitas compartir la vida para olvidarlo».
Erich Fromm
La palabra «soledad» suele despertar tristeza. Para muchos es sinónimo de sufrimiento, aburrimiento, vacío, fracaso, locura. Quien vive en soledad debe padecer alguna inestabilidad mental que le impide socializar. Socialmente el solitario es un ser extraño. Quizás por eso la inmensa mayoría de las personas viven sus vidas rodeados de individuos para evitar cualquier circunstancia que les confronte con su estado natural de soledad…. (más…)
Documental que aborda la codicia como reflejo del miedo a la muerte. Incluye entre otros, reflexiones de psicólogos, budistas, banqueros y super millonarios.
“El punto más importante, el punto capital en la relación humana, es éste:
Cuando yo vivo en el mundo de las circunstancias, cuando yo trato con alguien, ¿espero algo de ese alguien, me apoyo en lo que voy a conseguir de esta persona? Es decir ¿establezco una relación dependiendo del objeto, o mi relación se apoya en el sujeto? En la medida en que yo vea lo otro como importante para mí, yo estaré dependiendo de lo otro: que una persona me entienda, que me acepte, que un asunto me salga muy bien, o algo parecido. Entonces yo quedo supeditado al objeto, y ya no vivo mi realidad sino que vivo la realidad de lo otro. Y condiciono mi realidad, mi felicidad, mi satisfacción, a la incidencia que ocurra en relación con lo otro (o con el otro). Y esto, de entrada, es una posición errónea. Yo he de vivir siempre, en todo momento, lo que Soy; y desde ahí vivir abierto a todo lo demás. No es que yo me quede encerrado en esto que soy, sino que desde ahí, yo quede totalmente disponible, abierto, para crecer en la conciencia de lo otro”.
El nervio vago debe su nombre no a que sea remolón y le cueste hacer las cosas, sino a su extensión. «Vaga» por todo nuestro cuerpo desde el bulbo raquídeo, la garganta, el corazón, los bronquios, el estómago, el esófago, los intestinos, el páncreas y el hígado, hasta el ano. Lleva a cabo el 70 por ciento de las funciones que nos ayudan a relajarnos, a calmarnos, a socializar sin miedos o a ser más espontáneos y naturales al expresarnos. Afecta físicamente sobre todo a la garganta y oídos.
En este interesante y práctico video se nos ofrece información y distintas actividades para tonificarlo.