Según cuentan, en una ocasión un grupo de personas observaban a Picasso con detenimiento mientras realizaba una de sus pinturas. Al acabarla, alguien se atrevió a preguntarle: “¿Qué sentido tiene su obra?” Por lo visto Picasso se sintió molesto, hasta el punto de responderle airado: “¿Por qué no le pregunta a la rosa qué sentido tiene su presencia? Si la rosa puede existir sin ninguna razón, ¿por qué ha de tenerla mi obra?”
Vivimos en una sociedad utilitaria donde el predominio mental exige en cada acción un propósito y un fin. De hecho, somos formados desde críos para ser gentes de “provecho”. En esa educación que recibimos como niños impera la utilidad frente al disfrute por el mero disfrute. No se nos alienta ni enseña a explorar todas las posibilidades latentes que albergamos como seres humanos; se nos brindan unos conocimientos prácticos, unos datos históricos y un modelo de rol social considerado moralmente aceptable. A partir de ahí, según la ambición y los recursos familiares, estos estudios tenderán a ampliarse de cara a desempeñar una función social que sea lo más remunerada posible dentro de nuestros gustos y capacidades.
Nuestra sociedad es fruto de nuestra mente, y ésta necesita -desea al menos- tener el control de nuestro tiempo como si pudiera distribuirlo en compartimentos estancos. No es casual que a la gran mayoría de nosotros nos resulte muy difícil centrarnos en el ahora: disfrutar del instante, involucrándonos plenamente y con autenticidad en los sucesos cotidianos en los que nos vemos envueltos cada día. Ése es uno de los rasgos de la sabiduría innata que tenemos que recuperar de los niños: ser capaces de integrarnos por completo en el presente sin intentar mantener distanciada de éste una pequeña cota de nuestra personalidad, a modo de control mental. Pero lo normal es justamente esa actitud: el darse a la vida en la justa medida en que no nos sintamos del todo vulnerables y sin coraza alguna. Eso sucede en distinto grado en nuestras relaciones laborales, de amigos, familiares y, por supuesto, en esta nueva vía de relacionarse que nos brinda internet.
…pero es tan difícil desprendernos de esa ideología que nos ha formado desde chicos…sin duda el único propósito si es que fuera necesario sería ese, el de desprendernos de esos propósitos o fines…
Cierto, caminante descalzo. Compartimos ideales que intentamos convertir en realidades de nuestro camino, partiendo de que su dificultad constituirá todo un reto y que a veces renegaremos para volver a seguir en un camino que, una vez dado el primer paso, raro es volver atrás.
El reto es ser parte de la sociedad en que nos toque vivir, pero sin sentirnos obligatoriamente identificados con sus premisas ideológicas, políticas, sociales, morales,etc.
Gracias.
Hola Juan! más allá de esa «ideología» que nos enseñaron o de como nos formaron, existe «algo» en nuestros corazones, una pequeña voz, por momentos susurro y otras veces grito, que nos muestra que hay mucho más por ver, por sentir y por Ser. Tal vez con un poco de «silencio» sea más fácil oírla 😉
Abrazo!
🙂 BeT
Hola Bet ! Totalmente de acuerdo.
Creo que precisamente ese silencio es el medio donde podemos establecer «diálogo» con esa vocecita sin palabras, que entre otras ayudas, nos animará a desprendernos de propósitos o fines que no son realmente nuestros, como apunta caminante descalzo.
Un abrazo!
Juan
tenemos un lugar en el mundo, pero no hay lugar para los sueños, ellos viven en los pintores, escritores y poetas. por eso es tan dificil armonizar este mundo con lo que soñamos. el refugio es el arte
«Piensa en la obra y no en el fruto»…dice el B.Ghitta
Creo que este dicho nos dice mucho acerca del camino más que de la meta, los niños es verdad que están en el ahora y casi no se preocupan como nosotros. El problema en el relacionarse con las personas recae en eso mismo, la relación. Para mi las relaciones a veces me resultan difíciles porque veo muchas cosas chocantes, sin embargo las relaciones mas que el tener o conseguir algo, son lo que mas me llena y el saber desprenderse de todos los prejuicios es parte de nuestro vivir. Ese silencio tan bello es lo que me mantiene en pié, descalzo por supuesto, y con ese impulso trato de vivir los sueños y no solo soñarlos.
Un gran saludo amigos….
Primero quiero agradecer por este mensaje.
Asi es desde muy niños nos enseñan que debemos pensar
nos quitan la libertad ….. pero ahi estamos ahora nosotros;para cambiar la educacion de los niños que nos rodean.
Mientras no aprendamos cada uno de nosotros a VIVIR EL INSTANTE no podremos disfrutar plenamente de la vida, y la vida es esa amigos (as), cada instante cda momento trae consigo una enseñanza que se acomoda a nuestro nivel de avance( interno);en el caminar de esta nos encontraremos personas muy complicadas, pero tambien habran personas muy simples.
Mas no podremos avanzar en este camino si no logramos escuchar esa voz interior y para tenerla mas tiempo con nosotros requerimos callar nuestra mente.
Reciban un fuerte abrazo, impregnado de alegria….
Hasta en sueños hay niveles. El sueño del que sueña para huir de sí mismo o del mundo que le rodea, y el que trata de convertir en realidad su ideal, que para muchos puede ser un sueño.
Por otro lado, el mundo se ha hecho a base de soñadores que han intentado hasta la terquedad cumplir sus sueños, a pesar de ser considerados por sus contemporáneos como locos o tontos… o un poco de cada 🙂
Un fuerte abrazo sin palabras, en ese silencio de donde todos partimos y nos unimos 🙂