“La aceptación de la voluntad de Dios o de la Ley Cósmica -en la cual se cifra nuestra paz- debe incluir la totalidad: nosotros no podemos juzgar a Dios.
Debemos aceptar que lo ocurrido con Hitler, que implicó la muerte de millones de judíos, se debió a Su voluntad, al igual que la existencia de Jesucristo o la proliferación de madres teresa. Dicho de otro modo, la madre Teresa y un organismo psicópata están creados por la misma Fuente -o Dios.
Asimismo, no es necesario recordar que nosotros, los objetos que Dios ha creado como seres humanos, hemos sido creados por la misma Fuente o Dios que ha creado los pequeños gérmenes que causan las enfermedades infecciosas, por ejemplo.
Cualquier acontecimiento que sucede en las interacciones entre las diferentes especies de objetos responde a la voluntad de Dios, y un ser humano no puede juzgar a Dios. En otras palabras, sólo en la aceptación total e incondicional de Su voluntad descansa nuestra paz”.
Ramesh Balsekar
