«De esta contienda habla James Hillman en “Vivir con la sombra” con las siguientes palabras: “Amarse a uno mismo no es una tarea nada sencilla porque eso significa amar todo lo que hay en nosotros, hasta la misma sombra que nos hace sentir inferiores y socialmente inaceptables. Así pues, la curación requiere también del reconocimiento moral de los aspectos más despreciables de nosotros mismos y de la aceptación amorosa y alegre de su misma existencia”.
La otra parte de esta disputa íntima viene del juicio del mundo, que es a veces evidente y muchas otras pernicioso y difícil de discernir. Puede que su mensaje amenazante nos golpee abiertamente, directamente en el resto, y nos deje dispuestos a lo que sea por no sufrir la exclusión. Pero otras veces su rumor, alimentado sutilmente por una sociedad que necesita de buenas ovejas, se cuela por nuestras rendijas de dudas, de falta de autoestima y por nuestra costumbre de tratarnos mal. Sin apenas darnos cuenta, abandonamos nuestra unicidad en pro de un acomodador anonimato. Así lo sentenciaba Carl Jung: “Todos nacemos originales y morimos copias”.
Alain Vigneau