El VIAJE DE RIDDHI

¿Soy lo que tengo a lo que soy?

Fragmento de una entrevista a Erich Fromm, centrado en las diferencias de enfoque al plantearse si una persona se consolida a sí misma en función de lo que  va poseyendo, o lo hace en función de lo que va siendo en la vida.

Hacerlo bajo el primer enfoque -predominante en nuestros tiempos-, conlleva ansiedad porque creemos que si nos quitan lo que hemos obtenido dejaremos de ser quienes somos. Esto, lejos de ser un divertimento filosófico implica una gran carga emocional, que se ve drásticamente reflejada en las personas que tras perder su trabajo o su empresa no soportan su situación -no hallan en sí ni en su entorno ese sostén- y deciden prescindir de su vida.

En el otro extremo tenemos a las personas que consideran su mayor riqueza a su mundo interior; lo que han aprendido a través del conocimiento de otros y sobre todo de su propia experiencia. Estas personas son en principio más dadas a soportar periodos adversos, por cuanto su sostén interior está ahí, valorado y presente, y pueden encajar con mejor temple circunstancias duras e incómodas que a otras personas las llevaría a un conflicto interior.

Al final del video se plantea en palabras de Marx la siguiente pregunta: «¿qué es lo más importante, la vida o las cosas?» Posiblemente, como suele ocurrir en casi todos los fenómenos de nuestra existencia, la sabiduría está en la medida justa. Trabajar con deseo y ahinco en nuestro edificio interior, pero al mismo tiempo integrarse en la consecución de logros materiales concretos para nosotros o nuestros descendientes.

Bien es cierto que en un mundo como el de hoy, si no tenemos un mínimo de capacidad económica «desaparecemos», dejamos de ser visibles para el resto… Pero, de igual forma, si disponemos de medios pero carecemos de una labor interior, de un aprendizaje gozoso de lo que somos, de lo que significa ser humano -de la sabiduría ancestral reflejada en el pensamiento inmutable, en los grandes líderes de la historia, en la cultura de las civilizaciones, en el saber, la cultura y el arte humano-, estaremos disfrutando a medias de la experiencia plena que significa «tan solo» poder respirar vida justo ahora, constantemente, en este preciso instante.

Ninguna sociedad materialista fomentará este aprendizaje, sino muy al contrario (a la vista está, tristemente), buscarán la igualdad entendida como uniformidad, como «alienamiento». Esa sabiduría humana inmutable se halla siempre en la libre decisión de cada ciudadano que, harto de las medias verdades y las falsas seguridades, emprende por decisión propia la ascención a las mayores alturas que sea capaz de lograr por sí mismo en sí mismo; y por proyección, en los otros y en la vida.

La meta, si es que existe, no sólo se halla en la adquisición de unos conocimentos y unas palabras, sino, sobre todo, en aprender a revalorar la simpleza de lo cotidiano. Aprender a ser -en toda su extensión, en altura y profundidad- una persona plena y viva, agradecida con los vaivenes propios de la experiencia que implica vivir.

 
Categorías: El poder del Corazón Puro

Tu email no será público Required fields are marked *

*