Compartimos esta nueva aportación de César de Morey. En esta ocasión aborda un tema especialmente delicado, al estar cargado de tantos prejuicios religiosos, planteamientos fantasiosos y dogmatismos científicos inflexibles.
Aborda el importante papel de las adicciones; desde las químicas, pasando por las emocionales y la más sutil de todas: la adicción a pensar, a recrear un mundo paralelo en nuestra mente, un «yo» que actúa imaginariamente como quisiera interactuar en el mundo físico; un «yo» que constantemente evalúa y clasifica a todos y a todo lo que llega a su consciencia de vida.