«Fuera de la sociedad, el hombre es una bestia o un dios». Aristóteles
En 1977, el Comandante de la Policía Armada Joaquín Imaz fue la primera víctima mortal de ETA en Navarra. Los asesinos le dispararon nueve tiros a bocajarro. Su hija Carmen Imaz tenía entonces ocho años. En el documental “Relatos de plomo” nos relata que a partir de este suceso “ya no pude ir a los cumpleaños de mis amigas del colegio porque ya no me invitaban la mayoría de ellas, porque el miedo les impedía que nadie tuviera ni sospechas de que pudieran tener una relación con nosotras. La comunión no la pude hacer en el colegio con mis compañeras; la tuve que hacer en el cuartel, rodeada de policías y de las pocas personas que se atrevieron a venir”. “A mi madre no la atendían en el mercado. Se cruzaban la calle para no tener que saludarnos. Era miedo. Era miedo a que nadie la relacionara con nosotras”. “Y el miedo no se puede evitar. El miedo es libre”.