Fue el treinta de junio del 2007 cuando este blog comenzó su camino en la red.
Gracias a este espacio he podido conocer a distintas personas. Con algunas he mantenido una relación especial en la que no se hacía necesario el correo diario, formándose una empatía que -como uno de los milagros extraordinarios de la Red- permite que nos conozcamos aunque en algunos casos ni siquiera sepamos cómo es el rostro de la otra persona. También ha habido personas que han estado bien presentes, para luego proseguir su camino; otras lamentablemente ya no están en este mundo, pero sigue en el blog su presencia. Han sido cinco años interesantes.
Parece que el blog, como formato de comunicación, ha quedado en cierto sentido desbancado. Ahora el sistema de comunicación masiva en la red bien sabemos que lo copan fórmulas como Facebook o Twitter, que en gran medida siguen un patrón de comunicación breve, directa y fugaz.
Sin embargo, las personas que no han abandonado la labor de trabajarse una bitácora, saben que, sin entrar a dirimir qué vía es mejor, el blog permite una mayor personalización, una mayor profundidad y una mayor creatividad. Pero eso implica tiempo y generalmente recibe muy poca retroalimentación en comparación con Facebook o Twitter, donde la interacción se puede limitar a un click de “me gusta” o a “retwittear” lo tuiteado. Este proceder, al margen de valoraciones, es una consecuencia comprensible de un mundo donde cada vez hay mayor saturación de información y ansias por aprovechar al máximo nuestro tiempo.
Un lustro de «El viaje de Riddhi» y el momento preciso para retomar el proyecto que dio origen y nombre a este blog. Y aunque el humor es algo muy serio y así nos lo hemos intentado tomar en este espacio, sirva esta entrada para agradecer de corazón la presencia de todas las personas que han pasado alguna vez por este espacio. GRACIAS.