Un gran regalo que nos ofrece el pintor e investigador Arno Stern, en esta conversación con su hijo, André Stern, escritor y compositor musical: la historia de su vida. Una vida que pudo haber sido marcada por el trauma de la Segunda Guerra Mundial, pero que dio origen por lazos del destino y de la intuición de su padre, a una experimentación de la libertad y conocimiento inherente que está en cada individuo; especialmente en su etapa más pura: la infancia.
Para él, la «Formulación» es la expresión de lo que hay más humano en nosotros. Entiende la «Formulación» como el hecho de que el ser humano comparte una “memoria orgánica” universal, «que se expresa a través del “juego de pintar”, con dibujo libre y espontáneo». En ese juego de manifestación, de expresión, se comunica lo más humano porque trasciende a las limitaciones lineales del lenguaje verbal o conceptual; es puramente vivo y simbólico.
André Stern, su hijo, le agradece el que no lo llevara a la escuela; es decir, no fuera adoctrinado en la realidad que nos inculcan como único camino hacia la realización y la felicidad: estudiar, sacar carrera o título, trabajar, casarse, tener casa y envejecer con «seguridad». Lo esencial, quizás también del mensaje de toda la entrevista, es tratar al niño con el respeto del ser humano digno y respetable que ya es. Un ser humano que ha de aprender a posicionarse en la vida, pero que tiene todas las herramientas para ir por sí mismo y con ayuda -no coercitante- de sus padres, encontrando -o más bien, siendo llevado por la vida- a actualizar todo su potencial, a realizarse y a ser así útil a los demás y feliz consigo mismo.
Arno Stern comenta que en su trato con niños huérfanos tras la guerra, siendo él poco más que un adolescente, se sintió fascinado de que en los dibujos que les animaba a pintar, todos realizaran los mismos símbolos, independientemente de sus circunstancias; como por ejemplo, una casa, que aún hoy en día la mayoría de los niños suelen dibujar como un triángulo sobre un cuadrado, aunque no hayamos vivido jamás en una casa similar. Este conocimiento ancestral le sorprendió, despertando su curiosidad y convirtiéndose así en investigador. Resalta, afín a la vía advaita, un hecho que ha captado en su vida: existe una inteligencia inherente y que está más allá de nuestras experiencia, percepciones, voluntad o razonamientos… En el caso de su padre, él habla de que actuaba desde la brusquedad de la intuición: no pensaba sino que actuaba, pero todas las decisiones que tomó fueron las acertadas, según demostraron luego los hechos, aunque en el momento de tomarlas despertara las críticas de los demás y fueran tachadas de imprudentes o incluso alocadas. Su padre fue su más sabio mentor, tan solo siendo en libertad; no tuvo necesidad de imponerse o ejercer autoridad.
Una entrevista sobre la belleza y dignidad de la infancia, sobre el derecho de los niños a ser moldeados libremente por la vida como cualquier ser humano (y a no ser corrompidos por la enseñanza adoctrinadora y limitante de la sociedad en la que haya nacido), y sobre el misterio que subyace en la Inteligencia que da existencia a todos los seres sintientes. Una entrevista sobre la Libertad.