El nervio vago debe su nombre no a que sea remolón y le cueste hacer las cosas, sino a su extensión. «Vaga» por todo nuestro cuerpo desde el bulbo raquídeo, la garganta, el corazón, los bronquios, el estómago, el esófago, los intestinos, el páncreas y el hígado, hasta el ano. Lleva a cabo el 70 por ciento de las funciones que nos ayudan a relajarnos, a calmarnos, a socializar sin miedos o a ser más espontáneos y naturales al expresarnos. Afecta físicamente sobre todo a la garganta y oídos.
En este interesante y práctico video se nos ofrece información y distintas actividades para tonificarlo.