Hoy quiero compartir algo más que una recomendación. Quiero dejar constancia de una vivencia.
Hace poco escuché una meditación guiada de Sergi Torres sobre «El campo emocional». No fue una meditación más. Como su nombre indica, la vivencia nos hace consciente de un espacio, de un campo… Se trata de ese lugar en el que no solemos detenernos porque nos da miedo: aquel que contiene lo que sentimos de verdad.

Desde hace años me acompaña la sensación de haber vivido demasiadas cosas sin vivirlas del todo. He sobrevivido momentos que exigían presencia, pero yo estaba en modo protección. Observando desde lejos lo que me pasaba por dentro. No por frialdad, sino por necesidad. Por defensa. Por costumbre. Por miedo. Esta meditación te invita a dejar de huir de lo que sientes. No para tratar de cambiarlo,  entenderlo o superarlo. Solo permitirte acompañar a tus emociones, brindando tu presencia, estando ahí.

Sergi te invita a mirar dentro. Con respeto. Con compasión. Sin juicios ni urgencia.

Y entonces pasa… El campo emocional comienza a revelarse. A veces como un nudo, a veces como un temblor, a veces como un calorcito o un frío que se esconde bajo capas de juicio o de vergüenza. Pero está ahí. Y quiere ser escuchado.

Lo que me conmovió no fue la forma, sino la verdad que se respira. Porque cuando alguien ha atravesado su propio dolor sin disfrazarlo, eso se nota. Y se agradece.

No quiero contarte más. Solo invitarte a vivir tu propia experiencia.
Sin tratar de mejorar nada.  Sólo abrirte a sentir.

No sé qué pasará. No tiene que pasar nada.
Pero si hay algo dentro de ti que está cansado de apretar los dientes, de hacer como que puede con todo… tal vez esta sea una buena forma de empezar a soltar.

Gracias, Sergi, por recordarnos que sentir no es debilidad. Es volver a casa.