El VIAJE DE RIDDHI

Día 1 – Elige Dónde Poner Tu Atención

Pareja serena y firme ante una manifestación en un mundo en caos, con mensajes de represión y crisis económica.

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Vivimos en un mundo que parece desmoronarse por momentos.

A las crisis económicas le siguen guerras —mediáticas y reales—, retrocesos democráticos, tensiones sociales, deterioro ambiental, manipulación informativa, desigualdad creciente, control digital… La sensación de colapso general se vuelve constante.

Y aunque parte de ese caos es real —vivimos el desplome de un status quo planetario—, otra parte se amplifica con cada clic, con cada noticia que consumimos sin pausa, con cada conversación que refuerza la polarización.

Según un estudio del Global Information Industry Center de la Universidad de San Diego (2009), una persona recibe hoy entre 5.000 y 10.000 veces más información diaria que alguien hace apenas medio siglo. No es solo una cuestión de volumen, sino de fragmentación y velocidad. La mayoría de esos estímulos llegan sin contexto, sin digestión, sin pausa.

A esta saturación se la conoce como infobesidad, y sus consecuencias no son solo mentales: afectan al sistema nervioso, al ánimo, a nuestra capacidad de enfocar y decidir. Nos sentimos cada vez más cansados, distraídos, desbordados.

Por eso, aprender a gestionar nuestra atención no es un lujo ni una técnica de productividad. Es un acto de cuidado profundo. Cuidado de la mente, del cuerpo, de la identidad, de la presencia.

Lo que atendemos nos transforma. Lo que ignoramos, se debilita. En medio del ruido, la atención es nuestra brújula más íntima. Y entrenarla, una forma silenciosa de resistencia y libertad.

COMO GESTIONAR NUESTRA ATENCIÓN

 

El primer paso no es negar lo que sucede, ni buscar respuestas fuera, ni anestesiarnos con distracciones:

El primer paso consiste en detenernos a observar cómo todo esto nos afecta mental, emocional y físicamente.

Porque el caos no es solo lo que ocurre afuera. El verdadero caos comienza cuando lo absorbemos sin darnos cuenta, cuando lo incorporamos emocionalmente, cuando dejamos que nos domine desde dentro.

Muchos de los miedos que hoy sentimos no nacieron con esta crisis. Estaban ahí, en nosotros, en nuestros genes… Lo que ocurre fuera solo los activa. El miedo al futuro, la rabia ante la injusticia, la impotencia frente a los poderosos, la tristeza por el rumbo del planeta, la soledad o la confusión… Son ecos internos que ahora se amplifican.

Y es importante decirlo con claridad: no hay nada de malo en sentir todo eso.
No estás roto por sentir. No eres débil.
Lo que te atrapa no es la emoción, sino la desconexión de ti mismo.


En medio de este torbellino, hay dos cosas fundamentales que necesitas recuperar:
tu atención y tu centro.

Vivimos en una guerra por tu atención. Todo está diseñado para captarla: los titulares, las notificaciones, los algoritmos, incluso las discusiones entre amigos.
Y cada vez que entregas tu atención sin conciencia, entregas tu energía.

Por eso, observa:
¿En qué pones tu atención cada día?
¿En qué imágenes, en qué discursos, en qué emociones estás alimentando tu mente y tu cuerpo?

Y luego, vuelve al cuerpo.
Vuelve a ti.

Hay un espacio dentro de ti que no depende de lo que ocurre afuera.
Un lugar interno que no necesita certezas para estar en paz.
No se trata de una técnica ni de una creencia.
Se trata de un gesto sencillo de presencia.

Cierra los ojos. Respira. Apoya una mano en el pecho.
Permítete sentir. No huyas. No juzgues lo que aparece. Solo quédate ahí contigo.
Ese es tu refugio. Tu ancla. Tu lugar real en este mundo incierto.


🔸 Propuesta para hoy

    • Comienza el día en silencio. Aunque sea cinco minutos. Antes de mirar el móvil, dirige tu atención a ti: tu cuerpo, tu respiración, tu propósito.

    • Haz pausas conscientes. Cada cierto tiempo, vuelve a ti. Observa si estás presente o arrastrado por la inercia. Presta unos segundos a observar tu respiración, sin manipularla ni forzarla: sólo siéntela.

    • Cuestiona los estímulos. ¿Esto me informa o me dispersa? ¿Me nutre o me agota?

    • Crea espacios sin pantalla. Al menos una hora al día para leer, escribir, caminar o simplemente estar. Dale espacio y expansión a tu atención.

    • Entrena la presencia. Ya sea con meditación, respiración o contemplación, el hábito de regresar al ahora fortalece tu mente y tu corazón.

    En última instancia, gestionar la atención es elegir desde dónde y hacia dónde vivir. No para encerrarse ni aislarse del mundo que nos ha tocado vivir, sino para habitar con más profundidad cada cosa que realmente importa.


🟠 IDEAS CLAVE

 

🟤 Donde pones tu atención, siembras tu realidad.
Cada elección atencional es un acto creativo.

🟤 Gestionar tu atención es elegir desde dónde vivir.
No es huir del mundo, sino habitarlo con consciencia.

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Categorías: SER

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