Estado natural
No es un estado exaltado.
Es tu estado base, cuando no estás luchando por ser alguien.
No se busca, se reconoce.
No se esfuerza, se es. De hecho, sólo podemos ser dentro y en el Ser, pues es en el Ser donde sucede por completo la vida.
Durante todo este curso hemos explorado distintas formas de mirar tu experiencia: la historia personal que te piensas, el cuerpo que te empodera o avergüenza, el ego que idea sobre tu identidad, tu pasado o tu futuro, y la conciencia que observa todas estas fluctuaciones. Hoy llegamos al final de este recorrido de múltiples vías… que en realidad es el comienzo de una sola.
El estado natural del Ser no es una conquista épica reservada a unos pocos iluminados.
Es simplemente lo que ya eres, lo que siempre eres. Lo ves bien claro cuando dejas de hacer esfuerzos por querer convertirte en alguien distinto en un tiempo distinto, cuando se den unas circunstancias particulares.
La mente condicionada cree que debe lograr un estado especial:
“Cuando me libere de todo ego, seré feliz.”
“Cuando comprenda por completo mi historia, entonces viviré en paz.”
“Cuando mi conciencia sea pura, todo fluirá.”
Pero la paradoja es que ese anhelo de perfección es precisamente lo que te aleja de reconocer tu presente estado esencial.
Cuando dejas de buscar… aparece la sencillez, ahora: una conciencia viva y silenciosa que no necesita etiquetas ni demostraciones. Un saber interior que no depende de las circunstancias ni de las creencias. Está ahí y eres tú.
No es un estado exaltado ni extraordinario ni un modo de ser.
Es tu naturaleza más íntima, la que siempre ha estado presente antes de tu búsqueda.
¿Cómo reconocer ese estado natural?
👉 Dejando de alimentar la lucha constante por ser alguien especial.
👉 Observando con curiosidad la necesidad de mejorar todo el tiempo o de cambiar tu pasado.
👉 Permitiendo que cada pensamiento, emoción o percepción aparezca sin forzar un cambio.
Es tan simple que la mente no sabe qué hacer con ello.
Y ahí está la clave: no hay nada que hacer, nada que lograr, nada que perfeccionar.
Solo permitirte estar.
Ejercicio final: Permanecer sin esfuerzo
Hoy te propongo un último ejercicio:
1️⃣ Siéntate en un lugar tranquilo.
2️⃣ Cierra los ojos y respira de manera natural.
3️⃣ Observa qué surge en la mente, sin juzgar.
4️⃣ Nota si aparece el impulso de cambiar tu experiencia.
5️⃣ En lugar de seguir ese impulso, quédate ahí.
6️⃣ Permanece, sin esfuerzo, sin lucha, sin expectativa.
7️⃣ Siente lo que ya está presente cuando no persigues nada.
Es probable que aparezcan pensamientos que digan:
“Esto no es nada especial.”
“Debería sentir algo más profundo.”
“¿Estoy haciéndolo bien?”
Son solo pensamientos. Deja que pasen, como nubes en el cielo.
Lo que queda, sin esfuerzo, es tu estado natural. Un espacio abierto donde todo ocurre y nada necesita cambiarse.
Para hoy y siempre
Si puedes, recuerda esta frase para siempre:
✨ Hoy me permito ser sin esfuerzo. Mi naturaleza ya es completa.
Este no es el final de tu camino.
Es el recordatorio de que tu camino sucede instante a instante, sin exigencias.
Gracias por haberte regalado estos días de presencia y honestidad contigo mismo.
Ojalá esta experiencia siga floreciendo en tu vida cotidiana, momento a momento.
Ojalá encuentres la serenidad de saber que no tienes que convertirte en nadie más para estar en paz.
Este curso es gratuito y se publica día a día en este blog.



